El pasado sábado 29, los valientes antarianos pusieron rumbo a Madridejos. Armados con abrigos, mantas y dos litros de chocolate calentito se enfrenarían al frío de la mancha. Así que una vez estuvieron cargados hasta arriba los coches y nos asegurásemos de que los pasajeros podían respirar entre tantos bultos, dio comienzo la expedición...
Como no podía ser de otra forma la maldición de las astroacampadas se hizo presente y terminamos llegando al cerro pasado el anochecer. Por lo que tocó montar la tienda de dormir y los telescopios en mitad de la oscuridad del bosque.
Además la fotografía estuvo presente en la salida y nos regalaron fotografías muy buenas, todas ellas sacadas por los nuevos integrantes de la agrupación. Por todo ello fue una gran experiencia, lástima no haber podido repetirla el sábado siguiente debido a la lluvia.